StatueAttainEnlightenmentLa mejor explicación de las enseñanzas de Buda está resumida en la palabra Sánscrita dharma que quiere decir «las cosas como son.» Buda encontró la iluminación cuando percibió la verdadera naturaleza de la mente. Esto incluye la conciencia, el darse cuenta—yendo más allá de las obstrucciones del ego y el egotismo para ver claramente y simplemente las cosas como son realmente. La conciencia, el darse cuenta, es ambos el camino y la meta última de todas las enseñanzas Budistas.

Buda era un ser humano, nada más. Cuando un seguidor le preguntó si él era un hombre o un dios, él respondió con una verdad sencilla: Estoy despierto. Él era un ser humano quien había descubierto, a través del trabajo duro y la paciencia, un camino hacia la libertad de la mente, el cual lo libró del miedo, del apego y del manejo para la seguridad personal que yace en el corazón de cómo viven los humanos.

Esta libertad de la mente se llama iluminación. Es una experiencia de ver directamente lo que es real, antes del momento en el que las ideas, pensamientos, creencias y el ego le dan forma a nuestra experiencia. Aunque imposible de expresar satisfactoriamente en palabras, cuando uno logra la iluminación se puede ver como lo último en calma mental, gozo inexpresable y claridad sin trabas.

La meditación y las enseñanzas asociadas son las herramientas que nos ayudan a adquirir la habilidad y la confianza para ‘dejar ir’ y realizar esta clase de conciencia total. Primero, la vemos en destellos breves durante la meditación sentada. Luego, con el tiempo, aprendemos cómo extender nuestra experiencia—para mantenerla en la vida diaria. La práctica Budista de “estar presente en el momento,” o atento, es una parte fundamental al traer nuestra experiencia durante la meditación a todo lo que hacemos.

El despertar de Buda

Hace más de 2500 años, en el siglo 6to A.E.C., el Buda histórico Shakyamuni nació como el príncipe Siddharta. Como era un príncipe pudiente fue aislado de las dificultades de la vida. Pero él era curioso sobre el mundo, y como hombre joven decidió aventurarse más allá de la seguridad de sus alrededores lujosos. En todos los lugares a los que él fue, el sufrimiento de la enfermedad, la vejez, y la muerte lo confrontaron.

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Él estaba profundamente movido por la intensidad del sufrimiento que él había encontrado. Él se preguntó a sí mismo si el también pudiera estar sujeto a ese mismo sufrimiento y concluyó que si podía. Se dio cuenta que todos los seres buscan la felicidad pero experimentan sufrimiento. Inspirado por las implicaciones de esta realización, decidió buscar una vía para escapar del sufrimiento. Buda dejó su vida de lujos para seguir un camino de despertar espiritual.

Después de años de asceticismo extremo en los bisques de la India, Buda se dio cuenta que  él no podía alcanzar su meta a través de la privación física. En un momento de claridad él vio que todo nuestro sufrimiento se origina desde la mente. Más al punto, él vio que la manera en la que la mente percibe sus circunstancias define nuestra experiencia. La meditación de Buda entonces se dirigió exclusivamente a entender la naturaleza de la mente. Sus esfuerzos lo llevaron hasta el último avance: la liberación del sufrimiento, como la experimentamos, a través de un despertar en la verdadera naturaleza de la realidad. Él tenía 35 años.

Después de su iluminación, Buda enseñó a lo largo del norte de la India por 45 años. Él le mostró a la gente cómo buscar la felicidad y evitar el sufrimiento al explorar las características de la mente, para así entender la verdadera naturaleza de la realidad: “las cosas como son” (dharma). La amplitud y la profundidad de las prácticas Budistas son el resultado de su larga carrera enseñando a la gente con un rango amplio de capacidades. Sus extensas enseñanzas fueron escritas y forman la base de los métodos enseñados hasta hoy en día.

Historia de las Tradiciones de las Enseñanzas

La gente aprende de formas diferentes, y Buda enseñó de acuerdo con eso. Él orientó sus enseñanzas en la habilidad de cada individuo y su motivación personal. Aquellos que querían evitar el sufrimiento propio concentrados en causa y efecto (origen dependiente y karma); aquellos que estaban inspirados en beneficiar a otros así como a ellos mismos, quienes recibieron enseñanzas adicionales sobre compasión y sabiduría; aquellos que tenían una confianza sólida en su propia habilidad y en la de los otros de alcanzar la iluminación y recibieron enseñanzas esotéricas sobre la visión directa de la mente: el vacío.

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Cada aspecto de las enseñanzas de Buda, tan diversas, enfatiza un cierto estilo de aprendizaje, motivación o capacidad. Fue por eso natural que después de su muerte los estudiantes de Buda las categorizaran de acuerdo al sujeto o audiencia; ellos crearon tres sistemas o yanas que significan vehículos. Con el tiempo, han sido absorbidos en tres tradiciones principales de enseñanzas que conocemos hoy en día:

  • Hinayana, más conocida como Theravada, se concentra en las enseñanzas para aquellos que quieren evitar el sufrimiento propio. Es practicada en algunos países del Sureste de Asia tales como Sri Lanka, Myanmar y Tailandia.
  • Mahayana es para aquellos que desean beneficiar a otros así como a ellos mismos. Ha encontrado suelo fértil en muchos países incluyendo  a China, Japón, Corea y Vietnam. Entre algunas escuelas conocidas de esta tradición están la escuela de la “Tierra Pura de Amithaba” y la escuela Zen.
  • Vayrayana es para aquellos que tiene gran confianza en su propia habilidad y en la de otros de alcanzar la iluminación rápidamente. Enfatiza las enseñanzas Tantrayana (tántricas), y a la vez incluye las tradiciones Theravada y Mahayana. Esta tradición ha sido preservada principalmente en Tíbet y Nepal, aunque se pueden encontrar enseñanzas tántricas en algunas tradiciones japonesas hoy en día.
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