Muchas enseñanzas Budistas proveen una manera de vivir en el mundo más completa, más positiva y con mayor paz. Mientras que la meditación y otras prácticas claramente definidas facilitan nuestro entendimiento y fortalecen nuestra intención—el equivalente consciente de la memoria muscular—en verdad cada aspecto de nuestras vidas provee una oportunidad para poner en práctica estas enseñanzas. Al integrarlas de esta manera podemos, de hecho, vivir mejor.
No puedes escoger a tu familia ni puedes renunciar a ella. Tienes una responsabilidad con ellos—y serás más feliz si haces esa responsabilidad ligera y alegre.
Especialmente en las relaciones que te importan mucho, hay expectativas altas y las decepciones están aseguradas. Alguien comete un error pequeño—y tu mente borra todo lo bueno que ellos han hecho. Sin embargo, al aferrarte a los sentimientos negativos, el que sufre eres tú.
En cambio, debes acepta a tus padres, tus hermanos, hermanas, tus hijos por quienes son. No puedes cambiarlos. Sólo puedes cambiar tu actitud hacia ellos, experimentándolos de la mejor forma posible.
Si tienes una relación familiar problemática, practica el observarla desde una perspectiva diferente. Deja ir lo malo; enfócate en lo bueno. Hazlo un hábito, prosigue con expectativas bajas pero con una consistencia completa. Con el tiempo, encontrarás que las cosas cambian, no sólo mejorando la relación sino que también se ayuda a la dinámica familiar completa.
Hay tantos tipos de relaciones como tipos de personas. Existen en el trabajo, y entre amigos, entre esposos y dentro de las familias. Son formales e informales, individuales o dinámicas. El primer paso en cualquier relación es entender quien eres para esa persona—y por ello qué expectativas deberías tener de la relación. Dentro de esas expectativas, permanece atento a tus palabras, tus acciones, tus expresiones físicas. Siempre busca las mejores opciones disponibles—en vez de las mejores opciones absolutas—y aprende a ser feliz con ellas.
Cuando haya un error o discordancia, acéptala, sabiendo que la otra persona es también una víctima de sus emociones e ignorancia—que esa es su realidad. Con el tiempo, este enfoque mejorará la mayoría de las relaciones; a menos que no haya en lo absoluto karma entre ustedes, la otra persona entenderá que tú la amas y cuidas de ella. Y aún si la relación no mejora, sabrás que hiciste lo mejor.
Ultimadamente, es importante no vivir en una versión pasada de una relación. Esto es particularmente cierto cuando relaciones románticas terminan. La gente sufre porque añoran el pasado, o sufren porque odian a la otra persona. Ambas son irrelevantes. La relación terminó. Peor aún, estas actitudes son dañinas porque restringen tu presente, y afectan tu habilidad de ver una nueva y mejor pareja. Si no quieres que la otra persona te afecte, la mejor arma que posees es enfocarte en el presente
El factor más importante con respecto al trabajo es mantener el balance.
En el trabajo, esté atento. Permanezca positivo, y a la vez certero de quien es. Piense en lo que pueda contribuir—y dé esa contribución sin ego (si ofrece una buena idea a la compañía, hágalo para mejorar a la compañía, no sobre su brillante idea).
Encuentre trabajo que beneficie a otros, así como a usted mismo, y que haga poco daño.
Finalmente, mantenga un balance en su tiempo, dejando espacio para el trabajo, para la familia y también para usted mismo. Hay personas que son muy exitosas en el trabajo, y financieramente ricas, pero con relaciones familiares muy pobres. Deje el trabajo en el trabajo; permanezca presente en la casa.
Para ver a Rinpoché hablar sobre el balance en la vida y el trabajo, haga clic aquí.
En la vida, se espera algo de estrés. No es malo, simplemente significa que no estás completamente relajado o relajada; una fuerza interna te está empujando. Úsala; si te resistes, por ejemplo dejando las cosas para después, entonces el estrés aumenta, te afecta—y muy pronto estarás perdiendo el tiempo preocupándote.
En vez de eso, permanece en el momento presente. Trabaja con el ahora. No esperes una solución perfecta. Eso aumenta el estrés. Como en la meditación, aprende a usar los minutos, en vez de esperar a tener horas. Logros pequeños te harán más feliz, lo cual creará un círculo virtuoso.
Finalmente, sé consciente de los efectos del estrés en ti y en aquellos a tu alrededor. El estrés afecta las emociones, y las emociones se satisfacen cuando contaminan a alguien más, quien te hace a sufrir como respuesta. Eso te convierte en víctima dos veces. Con frecuencia, cuando la gente tiene días largos de trabajo, trae su estrés a la casa, a su familia. Con conciencia, puedes aprender a separar las dos.
La salud emocional y la salud física están íntimamente interconectadas. Cuando eres fuerte emocionalmente, es más fácil ser fuerte físicamente; cuando eres débil emocionalmente, es más fácil enfermarse y más difícil sanarse. Aún la medicina es más efectiva si eres fuerte emocionalmente.
Por ello, debes ser cuidadoso sobre como alimentas a ambos, tu cuerpo y tu mente. Todas las enseñanzas que traen sabiduría interna sirven como alimento para tu mente. Ellas te ayudan a descubrir tu sabiduría innata; a entender a cómo componerte a ti mismo, a amarte a ti mismo.
Por supuesto, también hay que poner atención a lo que se come, a ambos contenido y cantidad. Siga una dieta vegetariana principalmente; es más fácil para el cuerpo, y muestra compasión hacia los animales. Coma lentamente, atentamente, de una forma balanceada. No pase hambre, pero sea cuidadoso de no comer en exceso algo que sabe bien o está fuera de hábito; lo ideal es que después de comer su estómago tenga un tercio de líquido, un tercio de comida y un tercio vacío.
Y asegúrese de moverse: el ejercicio es muy importante para ambas la salud mental y física.
Envejecer es una realidad de la vida, algo en lo que estás involucrado desde que naces. Lo llamamos crecimiento en los niños, pero es el mismo proceso en los adultos; es simplemente una continuación, cambiando los elementos del cuerpo. Es nuestra naturaleza cambiar. No es malo, simplemente es lo que es.
Las enfermedades vienen de muchas formas y en distintos grados de intensidad. Desde el momento en que naces, tu cuerpo está propenso a enfermarse si no está balanceado; una enfermedad genética simplemente significa que tu cuerpo está más propenso, pero todavía necesita las condiciones idóneas para enfermarse. Éstas incluyen mala alimentación, dormir poco, poca hidratación, gérmenes. ¿Qué puedes hacer?
• Reconoce que solamente puedes minimizar la enfermedad; no puedes eliminarla.
• Evita la enfermedad viviendo correctamente, comiendo sano y ejercitándote.
• Sé tu propio médico. Lo que es “correcto” es muy individual. Está atento a tu propio cuerpo, a tu propia salud. Presta atención a lo que te hace sentir bien físicamente. Busca patrones y compórtate de acuerdo con ellos.
• Acepta que el cuerpo está propenso a enfermarse, y que al final de la vida está la muerte. La incertidumbre de la muerte es exactamente la misma para todos; simplemente no nos damos cuenta de eso. Durante la vida de una persona “enferma”, mucha “gente sana” muere; el peligro de morir no es peor al estar enfermo; el peligro está allí todo el tiempo.
Finalmente, debes separar el dolor del sufrimiento. El dolor está relacionado a lo físico—una cortada, una enfermedad, una infección. Si tienes dolor, no te quejes; trabaja con él. Si culpas a alguien más, entonces todavía tendrás dolor—y adicionalmente mucho sufrimiento.
Una de las causas fundamentales del sufrimiento humano es el miedo a la muerte. El miedo con frecuencia se debe al apego, en este caso a vivir.
Pero, en verdad, la muerte no es el final. Los elementos de tu cuerpo y tu conciencia están entrelazados por la vida, como un montón de flores están unidas por un cordón. Cuando el cordón se pone muy viejo, el montón se desintegra. Tú ser físico y tu conciencia se separan—pero todavía existen. Aún si tu cuerpo es cremado, sus elementos todavía existen, de una forma diferente. Igualmente, la conciencia continúa. La muerte es el final de un viaje, no el final del camino.
Por supuesto, en el momento de la muerte experimentarás muchas emociones fuertes a medida que los elementos se desintegran. Es muy importante tener la mente en calma en ese momento. La meditación es de gran ayuda. El entender la mente se vuelve muy importante. Por encima de todo, en vez de enfocarte en el pasado, concéntrate en el futuro.
